EMERSON LAKE & PALMER (Trilogy 1972)
Recuerdo hoy, como si no hubieran pasado los años, la sensación que sentí al comenzar a escuchar la primera pista, la suite titulada, "The Endless Enigma, Pt. 1". Mi corazón late al compás del bombo de la batería de Carl Palmer. Esto parece surrealista, nunca había visto nada parecido ni tan bueno, pensaba yo, mientras sigo escuchando el enigmático y cósmico sonido inicial que brota del sintetizador Moog de Keith Emerson, dando paso a la explosión de megavatios, que viene después por parte de los tres músicos. Los teclados, la batería, el bajo, o la voz de Greg Lake... no sabría decir que es lo que me produce más fascinación. Nunca antes nadie, había mezclado el rock progesivo, el Jazz futurista, el Folk acústico, etc., de una manera tan personal, y con un resultado tan alucinantemente exquisito, limpio y espectacular. Así que, continuo mi viaje intrasensorial, aplastado cómodamente en mi sillón, a la espera de nuevas sorpresas. Lo que viene acontinuación, termina de convencerme de que estoy ante algo realmente grande. El segundo corte, "Fugue", suena como un lucimiento personal de Keith Emerson, demostrando su virtuosismo como pianista, tocando su magnífico Steinway. Casi enlazada con esta, escucho la introducción de la última parte de la trilogía, "The Endless Enigma Pt. 2". De nuevo, me sumerjo en toda la grandiosidad de la música de EL&P, alucinando con ese comienzo de campanas repicantes y esos sintetizadores, que parecen evocar el sonido de las trompetas de Jericó, llamando a la rendición de la ciudad sagrada . Apoteosis puro, emergiendo a borbotoes de los teclados moog, mientras la descomunal batería Ludwig de Palmer, redobla sin perder una milésima de segundo, al ritmo contundente marcado por el bajo de Lake. Llega ahora el turno de una de las joyas más relucientes del álbum, "From The Begining", la balada perfecta, que no podía faltar en ninguno de los álbumes de la banda. Greg Lake, canta por mi oido derecho, acompañado por su guitarra acústica Gibson J 200, aunque tambien escucho sonar en otras pistas, el bajo Fender y la fantástica Zemaitis Doubleneck eléctrica. La guinda del pastel la ponen los excelentes arreglos de Keith, que rematan la canción hacia el final con un sorprendente sólo de sintetizador, con cierto sabor a samba brasileira. Y que decir de Carl Pamer, pues que aquí su papel se limita "simplemente" a acompañar la balada con unos bongos. No hacía falta nada más, pienso yo.
"The Sheriff", es una divertida parodia country al estilo del viejo oeste. Para ser sincero, y desde mi punto de vista, quizás esté fuera de lugar, yo le hubiera dado un destino más adecuado y tal vez encajara mejor en, "Brain Salad Surgery". De todas formas es un tema que mantiene el distintivo sonido la banda, y los tres músicos hacen un trabajo impecable, empleandose a fondo en una compenetración perfecta. Si tengo que destacar a alguien, aparte de Keith, que aquí sobresalga del resto, me decantaría por Carl Palmer, que se muestra especialmente brillante en su ejecución.
"Hoedown", es una adaptación de la sección, Hoe Down, del ballet "Rodeo" de Aaron Copland. Aunque en realidad, se trata sólo de una visión muy particular del clásico tradicional norteamericano, puesto que aquí todo transcurre a un endiablado ritmo, con los frenéticos teclados de Keith, queriendo imitar el sonido de una marcha de gaitas escocesas en progresión. Este es uno de los temas que mejor se adaptaron en los conciertos en directo, y su corta duración, lo hace bastante audible y nos ayuda a mantenernos despiertos hasta el final.
"Trilogy", es el tema que abre la segunda cara, el más largo del álbum y también mi favorito. Da la impresión, de que quiere darnos una tregua, invitándonos a apaciguar nuestras emociones durante sus primeros tres minutos. Todo comienza con una suave melodía de sintetizador, seguida por unos ingeniosos arreglos de piano que suenan acompañando a la voz de Greg. El mismo piano es el que rompe la calma, redireccionando el tema hacia un explosión de sonido brutal, en la que los tres músicos fusionan sus fuerzas. Moog, bajo y batería, consiguen crear un ritmo frenético, apoteósico y absolutamente genial. La cálida voz de Greg, cambia radicalmente, para dar un inesperado giro y convertirse en un arrollador huracán que narra su historia de desamor a los cuatro vientos. "He tratado de reparar el amor que terminó hace mucho tiempo, aunque todavía fingimos, nuestro amor seguramente está llegando a su fin. No pierdas el tiempo tienes que amar de nuevo".
"Living Sin", Tiene un ritmo progresivo perfecto de principio a fin. Aunque como bien afirmó Lake, años después en una entrevista, el término "progresivo", no se usaba mucho en aquella época. Es un tema pesado, que se caracteriza por el potente y agresivo sonido que Keith aplica a su órgano Hammond C3, durante todo su desarrollo. Aquí Greg Lake nos sorprende, y demuestra que es capaz de modular su voz y llevarla hasta niveles de altura verdaderamente increibles, experimentando con efectos vocales, nunca antes vistos, y que en algunos momentos suenan demoníacos. Su ejecución con el bajo es brutal, sin más. Palmer reivindica su papel de imprescindible en la banda, manejando salvajemente su batería, en busca de los poliritmos secretos del rock.
Terminamos este viaje alucinante con el instrumental, "Abbadon´s Bolero", un homejaje muy personal que EL&P, hicieron al clásico Bolero de Ravel. De nuevo aquí Keith, llena el tema, empleando múltiples pistas superpuestas para lograr un efecto similar al de una orquesta completa de músicos clásicos. Flautas, trombones, cuerdas... todo emana de sus teclados sintetizados, desarrollandose en crescendo durante los más de ocho minutos que tiene de duración, mientras Carl, mantiene incansable, el característico ritmo de bolero, y Greg, se limita a aportar los arreglos de bajo de forma impecable.
La producción del disco es impecable, siendo el álbum con mejor sonido grabado por EL&P. Esto no es de extrañar, ya que el ingeniero es, Eddie Offord, el mismo que un par de meses después, estaría detrás de otro legendario álbum, el "Close To The Edge" de Yes. Para el diseño de su portada pensaron el un cuadro del artista catalán Salvador Dalí, titulado, "Enigma Sense Fí", pero desistieron al conocer el precio de 50.000 libras esterlinas que tenían que pagar por los derechos de autor. Al final, creo que acertaron, y este, fue encargando a Storm Thorgenson, de Hipgnosis, quienes crearon la excelente portada con el perfil de los tres músicos, con la mirada perdida hacia el ocaso, y luciendo sus melenas al viento. Para el interior de la carpeta, se diseñó un hermoso fotomontaje, compuesto por múltiples imágenes del trío, posando en un fondo boscoso, y que fue tomado entre el Gran Área de Londres y Essex.
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